domingo, 13 de abril de 2008

Revelación

Me hallaba solo y hambriento en mi propia casa como todo buen Domingo. Entre la suciedad y el desarreglo que había en mi casa desde que comencé a vivir solo, al ir al refrigerador no pude encontrar nada, me di cuenta que en mi día libre tenia que comer otra vez fuera de casa y al ver la mañana limpia y fresca, decidí caminar... No fue mucho pues al cabo de 5 cuadras encontré un restaurante, que mas bien era una casa con un cartelón de ´´Se vende comida´´. Gracias a que mi hambre es universal entre sin dudar. Al cabo de un momento salí y vi que habían abierto un centro de música, se veía desde afuera la pared frontal de vidrio y dentro todos los instrumentos hasta la pared de atrás y las filas de CDs con peculiar colocación. Como buen amante de la música me aventure a la nueva tienda (o mínimo era la primera vez que la veía). El ambiente era diferente de eso me dí cuenta en cuanto abrí la puerta. Dí algunas vueltas para ver los CDs y me pareció buena la amplia selección, solo podía ver discos que me gustaban como si hubiera entrado a mi propia sección. Al cabo de un rato decidí tocar una de las guitarras puestas al publico (por supuesto la mas cara y la mas lejos de mis sueños en alcanzar). Y aunque no estaba bien entonada, al cabo de un rato los ritmos salían de tal maravilla. Pero el tocar de la canción fue detenida por algo que me impresiono muchos más. No se como no me fije en ella al entrar, de hecho fue tanta la conmoción que causo en mi que no escuche sus primeras palabras dirigidas a mi, después de reaccionar me repitió que esa guitarra no era para el uso publico (en tono burlesco) pero que le gustaba la canción que estaba tocando y si podía continuar. Era la que atendía el lugar, sin duda su voz era la melodía que ambientaba tal lugar. La vergüenza en mi fue tal que no pude continuar y como bueno tonto me dirijo a mi hogar...

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